martes, 27 de noviembre de 2007

El rapto de Perséfone

Me encuentras sentada en una banqueta y como adivinando la respuesta preguntas si espero a alguien. Tú sabes que espero a Hades; con un poco de suerte quizá venga y si me arreglé lo suficiente tal vez me haga su esposa.
De su reino seré ama y señora, de las tinieblas la dueña. Sentada a su izquierda no volveré a sonreír, mi piel no volverá a tener color y mi corazón, más duro que una roca no sentirá mas dolor.
Ni siquiera sentiré el pesar del rapto; no estaré sola, me harán compañía las Moiras, las Keres, las Erinias, las Gorgonas... Tendré por mascota un perro de tres cabezas; la laguna de azufre por la que juran los dioses se abrirá a mi paso; poetas, artistas, héroes de otro tiempo, reyes, oradores, rendirán pleitesía a la reina de las sombras...