viernes, 13 de diciembre de 2019

Recuerdo la última vez que nos bañamos juntos, también fue la última vez que nos vimos. Yo no sabía que sería la última. Terminé de bañarme y me recargué en la pared helada de aquel baño de hotel, a ver cómo te caía el agua en el cuerpo y cómo el jabón formaba figuras de arcoíris blancos en tu vientre. Mi presencia ahí, callada y expectante, te puso nervioso, me miraste y preguntaste en voz baja:
-¿Te vas a seguir bañando?
-No, ya terminé.
-¿Por qué sigues aquí?
-Porque estás desnudo.
La sonrisa que se dibujo en tu rostro es la que mejor recuerdo de todas las que me regalaste. ¡Dios, esa sonrisa! La tengo guardada en los párpados, y la veo cada vez que cierro los ojos.
Me dijo "Te quiero. Y sabes que digo te quiero porque ninguna palabra se asemeja a lo que siento por ti. No conoce el mundo nada parecido". Al día siguiente me dejó.