viernes, 8 de mayo de 2009

Ustedes no están para saberlo, pero...

Ayer me levanté con ganas de hacer ejercicios. Me dan ganas de hacer ejercicios cuando pienso en lo gorda que estoy y me deprimo. Sam lo sabe, por eso me preguntó que si me sentía triste cuando me vio ponerme el traje deportivo. En realidad no estaba triste, sólo preocupada por mi sobrepeso excesivo.
La semana pasada fui a ver al médico y me dijo que tengo 14 kilos de más... Es un chingo!! Sí, pero la culpa es mía por no cuidarme, ya les conté que sólo hago ejercicios cuando estoy deprimida, y en los tres últimos años no he hecho más actividad física que coger con Sam (con bastante frecuencia, pero no la suficiente como para contrarrestar el efecto de las pizzas y pastas que tanto nos gustan). Lo cierto es que nunca había estado tan gorda como ahora. Tampoco había sido tan feliz.