sábado, 26 de septiembre de 2009

Con toda la furia que sale de mis entrañas.

Estas letras son hechas con la bilis que no supe dónde derramar cuando explotó esta semana. Me pareció impropio derramarla sobre mi trabajo que tanto me ha costado conservar, o sobre Sam que ni la debe ni la teme.
Es que una no ayuda a los amigos esperando que ellos le agradezcan esa ayuda, pero cuando los amigos se ponen a agradecer a todo el mundo y se brincan olimpicamente tu bien merecido agradecimiento... Pues una se siente traicionada, ofendida y humillada. Claro que no puedo evitar pensar que la culpa es mía por ayudar a gente que no me lo pidió... Y que, ahora lo veo, tampoco se lo merecía.
Durante algunos meses, Sam y yo dividíamos lo poco que ganábamos para pagar todas las cuentas (renta, luz, agua, gas, teléfono, cable, etc...) y lo poco que nos quedaba para comer podíamos quedárnoslo para que cada quien comiera por su cuenta, pero preferíamos invertir cada centavo en verduritas para que toda la semana pudiéramos comer los tres, o de otra forma, lo sabíamos, nuestro amigo se moriría de hambre. Y nunca lo agradeció...
Pagamos a tiempo siempre todas las cuentas que a él también le tocaba pagar (porque ese fue el trato cuando nos mudamos juntos). Y nunca lo agradeció...
Le presté dinero en octubre del año pasado para que se comprara un disfraz de Halloween y no se lo cobré porque sabía que estaba pasando por una mala racha, hasta hace una semana que me empecé a ver llena de deudas por todos lados y consideré que ya era buen tiempo de sugerirle que me ayudara ahora a mí, pero dijo que no tenía dinero y dejé de insistir. Y tampoco lo agradeció...
Rayó nuestro carro mientas lo estacionaba. Y ni disculpas nos pidió...
En este año ha tenido muy pocos trabajos. La mayoría han sido de bajo perfil y los ha dejado en dos semanas o tres días porque no son lo que él espera (claro, cuando uno es resaponsable y sabe que tiene que pagar renta y servicios, pues se aguanta... pero él no). Tuvo un buen trabajo, uno que yo habría podido hacer bien porque para eso estudié una carrera relacionada con el tema (él no lo hizo, pero le dieron ese trabajo por recomendación) y uno pensaría que lo iba a aprovechar porque era algo serio y estable, algo bueno para sus necesidades... Pero lo corrieron también de ese (como de todos los anteriores) por su arrogancia, y aún así salió diciendo que todos eran unos pendejos por querer decirle cómo hacer las cosas (cosas que él no sabe hacer, por supuesto y que sí necesitaba que le dijeran cómo hacer). Y como OTRA VEZ no tiene trabajo, pues tampoco tiene para pagar sus deudas. Y no pedirá disculpas por eso...
Ustedes se preguntarán "cómo lo aguantan?", "ustedes lo permiten, por qué no lo corren?"... Pues porque somos buenas personas (o sea, bola de pendejos, no?) y porque es nuestro amigo... o lo eral al menos hace un tiempo. Bueno, no sé... su tiempo se termina, ya me llenó de bilis. No lo quiero otro mes en mi casa.
Pero tal vez soy muy injusta con él, debo confesar que yo sí tengo algo que agradecerle: Marco, gracias por ser bueno con mi perro.