lunes, 25 de noviembre de 2024

¿Por qué sueño tanto con agua?

Casi todos mis sueños tienen algo que ver con agua, en diferentes formas y cantidades. A veces estoy nadando (literalmente haciendo mi vida "normal" para los estándares de un sueño, pero dentro del agua, como de un mar); otras veces, como ayer, en el sueño llueve todo el tiempo, literalmente, incluso ya es parte de la vida cotidiana; otras veces, el agua está ahí pero no es normal, como si llegara a casa y la viera encharcada por todos lados y supiera que tengo que limpiar o acostumbrarme a vivir con los charcos ahí. A veces el agua está limpia, otras veces, no. A veces el agua es clara y puedo ver lo que hay dentro de ella, otras veces es negra y no veo nada. Algunas veces el agua es fría y la siento cuando entro en ella y me llega hasta la cintura, otras veces no siento su temperatura porque yo vivo en ella y la siento como el aire. 
El agua siempre o casi siempre está presente, como parte del contexto de mi sueño. No es lo más importante, pero ahí está, mientras lo importante pasa, pero pasa con el agua sucediendo a su alrededor. 
Tampoco es como que esas páginas de significado de los sueños me puedan ayudar, porque normalmente son para aclarar algún detalle de un sueño en particular. Si yo busco "soñar con agua", me dan un significado diferente para cada forma que tenga el agua: soñar con agua en calma puede indicar que estás experimentando emociones positivas, felicidad y euforia; soñar con gua agitada puede indicar que estás en un momento de inestabilidad emocional; soñar con agua turbia puede indicar que tienes problemas emocionales que te impiden crecer o que algo no está bien en tu situación actual; soñar con agua sucia puede indicar pérdida, decepción, tristeza o depresión; soñar con agua contaminada puede indicar sentimientos de rechazo o que te hacen sentir como un extraño... Y así, hay más. Yo he soñado con todos esos. Prácticamente diario tengo un sueño que involucra agua en una forma, color, sabor y olor diferente.  
Sí es algo que llama mi atención. Tal ve mi destino es vivir en un lugar rodeado de agua. Tal vez voy a morir ahogada, tal vez sólo estoy deshidratada y necesito beber más agua para solucionar todos mis problemas. No sé. Pero el agua está ahí en mis sueños, a veces arruinándolos, y a veces sólo siendo parte del paisaje. 

martes, 12 de noviembre de 2024

Alguien despiérteme de esta pesadilla. O no, mejor déjenme dormir otro rato porque la realidad está peor

Ayer nos llamaron a reunión para hablar sobre la inminente extinción de la Comisión, ahora que se aprobó el dictamen que plantea la extinción de organismos autónomos. Debo decir que todo lo que nos dijeron fue eso: que la extinción de la Mejoredu es inminente. Por lo demás, no hay más información. Se agradece mucho la comunicación por parte de las autoridades de la institución, pero seguimos en las mismas, sin tener certeza de nada. 

Llevamos meses con la amenaza de la extinción pendiendo sobre nuestras cabezas y, francamente, estoy harta. Estoy tan cansada del tema que ya me pongo de malas cuando alguien lo menciona. No sé qué responder cuando me preguntan. No sé nada, sólo sé que desaparece la Mejoredu, pero no sé si se formará otra institución, como pasó cuando desaparecieron al INEE y conformaron la Mejoredu o si algunos empleados pasarán a ser ahora de la SEP, o si de plano sólo nos desintegran y nos dan las gracias a todos. En verdad no sé nada, y eso me tiene muy mal. 

Hace cinco años, específicamente el 18 de mayo de 2019, se publicó en el DOF la extinción del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), donde yo llevaba un año trabajando como correctora de estilo. Pocos días después, se estableció la creación del Sistema Nacional para la Mejora Continua de la Educación, que estaría coordinado por una Comisión, la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educaicón (a.k.a. Mejoredu). Básicamente, el INEE no se extinguía, sino que se redujeron sus funciones y se le cambió el nombre. Corrieron a la mitad del personal, y al resto nos recontrataron. Ya he hablado al respecto en otro post

Ahora, con todo lo que está pasando, muchos dicen que hace cinco años, la extinción del INEE estuvo peor y que los que pasamos por eso ya lo sabemos y estamos "preparados". La verdad es que no. En mi caso, yo siento que esta vez todo ha sido mucho peor, porque lo siento más agresivo. La amenaza constante ha sido muy violenta. Leer a mucha gente queriendo que desaparezcan los organismos autónomos porque "somos unos parásitos", porque "tenemos muchos privilegios", cuando la realidad es que no conocen nuestro trabajo, no saben lo que cada organismo hace, a qué nos dedicamos, quiénes somos los que trabajamos ahí. Sólo están contentos de que nos vayamos a quedar "sin privilegios", o sea, sin empleo, y eso es muy agresivo. Yo no les hice nada, yo trabajo en lo que me toca, me esfuerzo por hacerlo bien y recibo a cambio un sueldo bastante modesto, pero justo, como cualquiera que trabaja. Ni más ni menos. 

Desde febrero estoy constantemente siendo bombardeada con la noticia de la desaparición de mi fuente de empleo, sin saber qué pasará después. ¿Cómo me preparo? ¿Busco otro empleo? Como si no llevara cinco años buscando... ¡Bien sé yo que no hay! Ok, supongamos que encuentro uno, ¿y si no desaparecen a la Mejoredu y yo me voy y dejo un empleo estable por otro que me ofrece un sueldo menor y pocas prestaciones (porque así son todos los que he visto, por eso sigo en Mejoredu)? "Nunca es tarde para volver a empezar", dicen por ahí porque hablar no cuesta nada. Pero cuando tienes 41 años hacer eso es, por lo menos, abrumador. Sólo de pensarlo ya siento el mundo sobre mis hombros. 

Quien me conoce sabe perfectamente que no estoy a gusto en mi trabajo porque no tengo posibilidades de crecer. No trabajo en mi área de expertise y no tengo el perfil para las funciones que desempeño, por lo que nunca me van a dar un ascenso. Pero estoy cómoda. Estoy en una zona de confort de la que me da mucho miedo salir. Dicen por ahí que "más vale malo por conocido que bueno por conocer", y es mi caso. Ya me acostumbré a todos los defectos que pueda tener este empleo, porque ya los he sorteado todos. Al final, puede no ser mi área de expertise, sé que no voy a crecer, pero a cambio el sueldo no es malo (es un poco más alto de lo que ofrecen afuera), las actividades (al menos las que me asignan) tampoco requieren de mucha concentración, hay poco estrés (comparado con el que hay en una editorial, por ejemplo). Básicamente, me da mucho miedo empezar de cero, salir de este lugar en el que ni siquiera soy feliz y arrepentirme por no conseguir otro empleo. Sé que tendré que freelancear mucho, pero ¿saben lo difícil que es freelancear en editorial? Conseguir clientes es una chinga, y más cuando no se te dan las relaciones públicas. Y luego de conseguirlos, ahora persíguelos para que te paguen a tiempo. Tengo miedo de pasar meses tronándome los dedos porque tengo cuentas por pagar y no tengo ingresos para hacerlo. Ya he estado ahí y es un lugar al que no quiero volver. 

En resumen, estoy volviendo a tener pesadillas, todo el tiempo tengo las emociones a flor de piel, la angustia, el miedo, el llanto, la tristeza, la euforia, el enojo, siento todo al mismo tiempo. Quisiera despertar mañana y que ya esté todo resuelto, ya sea que me quede sin empleo, como si no, pero que me lo digan ya, para poder hacer planes y enfrentarme a lo que sigue con acciones concretas. No puedo seguir haciendo planes en mi mente y luego no llevarlos a cabo porque "¿...y si no?". Siento que tengo el tiempo encima y el desempleo me va a agarrar "desprevenida", y voy a decir "pero si tuve casi once meses para prepararme, ¿por qué no hice nada?". Bueno, porque en el fondo no quería salir de mi zona de confort.